Ataque terrorista en París
Por: Daniella Moreno
El 13 de noviembre de 2015 sucedió un ataque terrorista en París, el cual acabó con la vida de más de 100 personas y este acontecimiento género conmoción a nivel mundial, como a mí. El día siguiente a los ataques me encontraba en mi casa viendo noticias en el cuarto de mi papá. A pocos días de mi cumpleaños estaba emocionada, pues iba a celebrar mis 19 años, pero en el momento en que todos los medios comenzaron a transmitir las noticias sobre los ataques en el Bataclán, en el estadio y demás sitios atacados en París, sentí la necesidad de ver cada noticia y leer cada testimonio de las personas ya entrevistadas, no por morbo, sino porque viendo a todas esas personas desde mi televisor solo podía pensar en que no me cabe en la cabeza que sucedan estas cosas, me parece increíble toda la maldad que hay en el mundo y que estas personas estén pasando por esta situación sin tener absolutamente nada que ver.
En ese momento me llamó un amigo, Alejandro, y me preguntó que qué hacía, con la voz entre cortada le dije que estaba viendo lo que pasó en París, estaba impactada y triste y comencé a llorar.
Aunque no tuve un familiar o amigo que se encontrara allá, me alteró emocionalmente ver esa cantidad de personas muertas y heridas. Lloré alrededor de 20 minutos viendo cada cosa que pasaba minuto a minuto y leyendo testimonios de sobrevivientes. Uno de los casos que más me marcó fue el de Isobel Bowdery, una graduada de 22 años de edad de la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Bowdery relató el trágico momento que vivió en el concierto de rock que hubo ese día en el Bataclán, en el cual perdió a su novio y tuvo que hacerse la muerta para que no la mataran. Pensé en mi mamá más que nadie, la razón fue porque Isobel contaba que él era la persona que más amaba en el mundo y había muerto a su lado. Todo esto me marcó, pues espero nunca tener que vivirlo.
Este fue el día en donde reflexioné acerca de todo, solo miraba el televisor, revisaba mi celular y leía cada cosa que publicaban. La piel se me erizó la mayoría del tiempo y seguía sin creer que toda esta tragedia había pasado. Sentí impotencia y dolor al no poder hacer nada al respecto. Me preguntaba si todos esos terroristas que se prestaron para vengar su país no pensaron en que las víctimas en realidad qué culpa tenían. Hablé del tema por varios días, ninguna noticia me había marcado tanto la vida como esa.
Escuchar las explosiones, los gritos de auxilio de las personas me consternó cada vez más, aunque me alegró demasiado saber el apoyo de los parisinos hacía todas las víctimas a pesar de toda la maldad que hay en el mundo y que muchas veces las personas no les importa lo que le pase al prójimo, esta vez me di cuenta que aún existe gente ‘humana’.
Este fue el día en donde reflexioné acerca de todo, solo miraba el televisor, revisaba mi celular y leía cada cosa que publicaban. La piel se me erizó la mayoría del tiempo y seguía sin creer que toda esta tragedia había pasado. Sentí impotencia y dolor al no poder hacer nada al respecto. Me preguntaba si todos esos terroristas que se prestaron para vengar su país no pensaron en que las víctimas en realidad qué culpa tenían. Hablé del tema por varios días, ninguna noticia me había marcado tanto la vida como esa.
Escuchar las explosiones, los gritos de auxilio de las personas me consternó cada vez más, aunque me alegró demasiado saber el apoyo de los parisinos hacía todas las víctimas a pesar de toda la maldad que hay en el mundo y que muchas veces las personas no les importa lo que le pase al prójimo, esta vez me di cuenta que aún existe gente ‘humana’.