El director de sueños
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Por: Manuel Rómulo
La gran mayoría de los niños son amantes del fútbol, Se podría decir que 9 de cada 10 niños ama este deporte, hasta 9 y medio. Puede ser por amor a primera vista, por influencia de algún familiar o porque naturalmente se generó un gusto que aparentemente nunca deja de crecer. De estos niños apasionados por el fútbol, casi todos van creciendo con el mismo sueño, ser futbolistas profesionales como los jugadores que ven brillar cada fin de semana en la televisión.
Es el caso de Juan Sebastián Díaz Muñoz, un joven que desde muy pequeño ha sido locamente apasionado por el fútbol e hincha de equipos como Millonarios y el Real Madrid. Esta pasión por el futbol lo llevo a unirse al Club Apuestas Monserrate a la edad de 6 años para poder alcanzar su sueño, el de ser futbolista. “Es una persona que lucha por sus sueños que trabaja duro para conseguir sus cosas” dice una de las personas que mejor lo conoce, su mejor amigo Jesús Castro duró ocho años practicando y jugando para el Club Apuestas Monserrate. A los 14 años su sueño de ser futbolista se fue opacando, ya que al mudarse de Bosa a la 80, se empezó a alejar del fútbol y su atención se fijó en otras cosas como la familia y el estudio. Ya que como dice su hermano Néstor Díaz, Sebastián es un hombre muy apegado a la familia.
Dejó a un lado la idea de ser futbolista profesional pero nunca se alejó de su amor por el fútbol, siguió jugando y disfrutando del deporte que tanto ama. Su hermano Néstor comparte ese amor por el fútbol y también quiso ser profesional del balompié. Por varias razones no pude serlo pero decidió no dejar de un lado al deporte y convertirse en profesional en ciencias del deporte. Por esto llegó ser director técnico en el Club Unión Bosa y posteriormente en la escuela de fútbol del conjunto en el que vive.
En ocasiones Néstor no podía ir a entrenar a los niños, por lo que le pedía el favor a Sebastián de que lo sustituyera. Por esto Sebastián llegó por primera vez a entrenar niños con base en la experiencia que había adquirido entrenando fútbol durante ocho años seguidos. Lo que más le llamo la atención de hacer parte de eso es que como él mismo dice, “más que una escuela de formación deportiva, es una escuela de formación de personas”.
Desde ahí Sebastián se metió de lleno en lo que es entrenar niños y jóvenes para que estos puedan ver más de cerca sus sueños de ser profesionales. Más allá de esto, está realizando una labor social, alejando a los niños de las calles y los malos caminos y llevándolos por el camino del deporte y los sueños. “Me parece una gestión muy interesante, porque por medio de la escuela ayudan a los niños a ocuparse en algún deporte y desarrollar varias habilidades en esto y los niños hoy en día necesitan de estos espacios extracurriculares”. Expresó Nathaly Torres, la mejor amiga de Sebastián.
Por eso y mucho más, es visto por los que lo rodean, lo conozcan o no, como una persona especial, dedicada, echada para adelante, una persona ejemplar que vale la pena tomarse el tiempo para conocerlo. Como dijo Camila Mendoza, una amiga muy especial para el “Es una persona de admirar”.