El regalo de la navidad
Por: Juan Camilo Amarillo
Era diciembre de 2002, el presidente Uribe empezaba su reinado, Brasil se había coronado campeón del mundo, las redes sociales y Smartphone no existían, los conciertos se disfrutaban con los ojos, al igual que las conversaciones.
Para mi toda sensación y experiencia eran nuevas, jugar toda la noche y llegar lleno de historias, escalar hasta lo más alto de un árbol inalcanzable, construir un carrito de balineras, hacer máscaras de yeso, realizar obras de teatro, comer toda clase de gomitas...
Las fechas importantes como los cumpleaños, Halloween, las vacaciones y la navidad se disfrutaban en familia. Esta última era una a la que más le tenía cariño, todo el año esperaba este día, cuando llegaba, no dormía por toda una semana, la ansiedad invadía todo mi cuerpo y la emoción hacia acto de presencia en todos mis sentidos.
Hace 88 años, en un lugar y tiempo alejados de mi realidad, los sucesos eran completamente diferentes, unos se peleaban con otros, el odio y el rencor invadían las tierras, el interés y la codicia costaron millones de vidas.
La llegada de la navidad predecía en vez de sorpresa y emoción, rencor, aversión y abominación.
El escenario no pintaba de la mejor manera, las casas tendrían un asiento vacío en todas sus moradas, los hombres del hogar estarían luchando con diferentes colores, símbolos y banderas por el “bien” común de unos pocos.
Por fortuna me encontraba en el momento indicado y mi suerte corría por buena corriente, el contexto en el que estaba no afectaba el desarrollo de esta festividad.
Estaba atento a la sorpresa que podría encontrarme abajo del árbol, lo primero que observé fueron un montón de regalos, pero había uno muy especial al lado de la chimenea que nos calentaba. Era una pequeña caja roja, con tres orificios sobre su superficie, adentro de esta recibiría algo que cambiaría mi vida y me enseñaría varias experiencias.
La emoción que nos da esta fecha es algo que nos acompaña por el resto de nuestra existencia, todos nuestros ancestros la han celebrado y disfrutado, pues representa la unión de unos con otros en todos los sentidos.
Por esto es difícil imaginarse que hace 88 años el panorama en el mundo fuera distinto, mas sabiendo que las batallas podían durar meses en desarrollarse y que la navidad era una de las fechas que incluía estos enfrentamientos.
Sin embargo, el espíritu de la navidad invadió los corazones de los soldados de ambos bandos, guiándolos por el camino de la armonía y felicidad. Los fusiles dejaron de sonar siendo opacados por los estallidos de los villancicos, el odio se intercambió por obsequios, las peleas se resolvieron en un amistoso juego de futbol.
La tierra de nadie se convirtió en paz y tranquilidad, y muchos de los caídos fueron recuperados del suelo enemigo y enterrados.
Los soldados decidieron no disparar haciendo caso omiso a sus generales, firmando secretamente un pacto de paz con sus rivales.
Hicieron nuevas amistades donde pensaron no encontrarlas, durando estas toda la vida.
Esto fue lo que encontré en esta pequeña caja roja el día de navidad, la amistad en el lugar y forma que nunca imaginé, una amistad que me acompañaría por más de 14 años y que estaría para mí en todos los momentos que la necesitara.
Fuentes:
Enciclopedia visual del siglo XX – El tiempo
Se cumplen 100 años del momento más emotivo de la Primera Guerra Mundial – recuperado de (http://www.abc.es/archivo/20141224/abci-tregua-navidad-cien-anos-201412241126.html)