Los sueños no se aplazan
Por: Stephanie Reyes Guio
Mamá siempre fue una mujer luchadora y echada para adelante, a los 17 años, sin planearme, quedó embarazada, su sacrificio logró que nunca me faltara nada, estudiaba de noche en el Sena y trabajaba de día para suplir todas mis necesidades, nunca fue fácil y sobretodo porque no recibió el apoyo de papá.
A mis 10 años tenía 2 hermanos. Motivo por el cual en junio del 2008 mamá decidió emprender la carrera profesional de Derecho en Villavicencio, dejándonos al cuidado de mi abuela, nunca fue fácil para una mujer de 28 años con 3 hijos, pagar obligaciones sola, pero tampoco imposible. La ausencia de mamá en mi adolescencia marcó mi vida por completo, pues no podía salir a jugar con mis amigos del barrio, ni hacer tareas en las casas de mis compañeros porque debía cuidar de mis hermanos mientras mi abuela llegaba de su trabajo, ella me enseñó a ser disciplinada y responsable, antes de alistarme para el colegio hacia el aseo y dejaba las cosas organizadas.
Mientras los papás de mis compañeros iban a las reuniones escolares, la que atendía estos asuntos era mi mamá Luz Dary, mi abuela, porque desde pequeña tomó el papel de segunda mamá, siempre trataba de entender los sacrificios de ellas a pesar de mi inmadurez y rebeldía por la que se vive en esa etapa.
Mamá siempre se destacó por su excelente rendimiento académico, jamás perdió una materia, trabajaba como mandadera en el juzgado, donde le pagaban 10 mil pesos, los cuales ahorraba para visitarnos cada 15 días. Pasaba el tiempo, mis hermanos y yo crecíamos mientras mamá sufría al no poder compartir con nosotros como lo hacen las familias cotidianamente.
Para mis 15 años ella no pudo ofrecerme la fiesta con la que toda joven sueña, pero tan solo por el hecho de ir a verme me hizo muy feliz, me regaló 3 vestidos y salimos a comer hamburguesa, siempre estaré infinitamente agradecida con ella por su amor.
Aun siento que no pude aprovechar a mamá al máximo, pues cuando ella se graduaba de la universidad, yo estaba siendo admitida para ingresar a la Universidad Sergio Arboleda, donde actualmente estudio Comunicación Social y Periodismo. De mamá aprendí que los sueños no se deben aplazar por más dolorosos que sean los sacrificios, a aprovechar el tiempo y las personas que amamos.
Ahora tiene 2 especializaciones, una oficina donde litiga en el municipio de San José del Guaviare, lugar de donde provengo. Para mi es satisfactorio el hecho de que mis hermanos compartan con ella y sobretodo aprendan para que también valoren, porque estar lejos de casa es difícil.
Vivo muy agradecida y me siento amada por mi familia materna, sobre todo por mi abuela, Dios y ella fueron mi bastón en los momentos difíciles en la ausencia de mi mamá, nunca me falto nada, pero tampoco me cumplían cualquier capricho, siempre me enseñaron a ganarme las cosas, a que los valores, el amor y respeto están por encima de cualquier cosa.
Siempre las veré a las 2 como mis heroínas, sus sacrificios fueron inmensos, pues mi abuela siempre trabajó en servicios generales, donde no fue bien remunerada para tanto que hacía, lamentablemente ahora tiene trombosis, pero no deja de ser la mujer activa y luchadora de siempre.
A mis 20 años curso séptimo semestre, aspiro a cumplir las expectativas que tiene mi familia sobre mí y ser un gran ejemplo para mis hermanos, pero sobre todo a cumplir mis sueños, a nunca dejarme vencer por los obstáculos, nunca olvidaré de dónde provengo y para dónde voy. ¡Gratitud siempre!